Estados Unidos, país que Walt Whitman describió como “grande” y que contiene “multitudes”, es una tierra de ideales diversos y lemas cambiantes. En el pasado, el país estaba unificado bajo el lema “e pluribus unum” (“de muchos, uno”) y ahora el principio rector es “En Dios confiamos”. Sin embargo, el sueño americano sigue siendo un mito perdurable que promete éxito a través del trabajo duro, el talento y la determinación.
El sueño americano y sus múltiples facetas
El sueño americano varía mucho según los antecedentes de cada individuo. Para un greco-estadounidense de primera generación, representa las oportunidades que ofrece el sacrificio acquainted. Para otros, el sueño puede estar determinado por raíces centenarias en Inglaterra, Irlanda o Italia, o por el legado de antepasados que llegaron en barcos de esclavos. Esta diversidad de interpretaciones no es necesariamente problemática, ya que las grandes concepts a menudo contienen muchos principios rectores. La democracia, por ejemplo, es universalmente aceptada a pesar de las distintas interpretaciones.
El espíritu compartido de Bitcoin
Bitcoin, al igual que el sueño americano, encarna una multitud de significados y promesas. A menudo se lo describe con frases hechas como “Bitcoin soluciona este problema” y “Los números suben”. En esencia, Bitcoin se alinea con el espíritu del sueño americano de éxito a través del esfuerzo, lo que se evidencia en su proceso de minería, donde un mayor trabajo conduce a mayores recompensas.
La identidad de Bitcoin, al igual que el sueño americano, es multifacética. ¿Es dinero electrónico entre pares? ¿Oro digital? ¿Una reserva de valor? Las respuestas dependen de a quién le preguntes. Para un estadounidense plenamente bancarizado, Bitcoin representa un producto financiero; para Roya Mahboob en Afganistán, es una herramienta para empoderar a las mujeres y promover la educación en medio de la desigualdad de género. En Argentina y Venezuela, Bitcoin es una protección contra la hiperinflación.
Bitcoin, en su inmensidad, permite transacciones libres y sin necesidad de permisos, un principio que une a su diversa base de usuarios. De manera related, los estadounidenses están unidos por la búsqueda compartida del sueño americano, aun cuando sus manifestaciones difieran ampliamente.
Cinismo e influencia corporativa
Tanto Estados Unidos como Bitcoin se enfrentan al escepticismo de que los intereses corporativos los cautiven. La visión cínica de George Carlin sobre el sueño americano como una ilusión y la crítica de Hunter S. Thompson a los excesos estadounidenses en “Miedo y asco en Las Vegas” reflejan preocupaciones sobre el consumismo y la influencia corporativa.
El bitcoin también está viendo cómo sus raíces rebeldes se ven desafiadas por la adopción generalizada. El lanzamiento de ETF de bitcoin por parte de gigantes financieros como BlackRock (NYSE:BLK) simboliza un cambio. El bitcoin, que en un principio fue una respuesta a la Gran Disaster Financiera, ahora es promovido por las mismas instituciones a las que se suponía que debía contrarrestar.
A pesar de ello, la libertad de criticar tanto a Estados Unidos como a Bitcoin sigue siendo un derecho preciado. Las quejas y las críticas son fundamentales para el crecimiento y la resiliencia de ambos.
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