Los datos de inflación de precios al consumidor de China para febrero de 2024 muestran una salida de la deflación
IPC +0,7% interanual
esperado +0,3%, antes -0,8% (ese -0,8% en enero fue la caída más pronunciada en más de 14 años) para el mes/mes, representa un +1,0% (antes +0,3%) primer aumento en el IPC desde agosto de 2023IPC subyacente +1,2% interanual (antes +0,4%)
IPP -2,7% interanual
esperado -2,5%, antes -2,5% para el mes/mes, llega a -0,2%
Se trata de un salto muy grande en el IPC del -0,8% interanual en enero al +0,7% en febrero. No es que el yuan se desplomara, lo que aumentaría el precio de las importaciones.
AÑADIDO – Oficina Nacional de Estadísticas de China (NBS) sobre el aumento del IPC:
“Fueron principalmente los precios de los alimentos y los servicios los que más subieron” “Durante el período de la Fiesta de Primavera, la demanda de productos alimenticios por parte de los consumidores creció, además de que el clima lluvioso y nevado en algunas regiones afectó el suministro”
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Bueno, eso pone fin a la “narrativa deflacionaria” en China. Esta es una buena noticia, la deflación pesa sobre la economía de múltiples maneras:
Cuando los precios bajan, los consumidores pueden retrasar las compras anticipando precios aún más bajos en el futuro. Esta reducción del gasto puede provocar una disminución de la demanda de bienes y servicios, lo que desacelera el crecimiento económico. La deflación aumenta el valor actual de la deuda, lo que encarece el pago de los préstamos para los prestatarios. Esto puede conducir a mayores tasas de incumplimiento y puede estresar a las instituciones financieras. Como resultado, los individuos y las empresas pueden recortar el gasto y la inversión. A medida que los precios caen, los ingresos de las empresas disminuyen, pero muchos de sus costos (como préstamos, arrendamientos y salarios) no se ajustan a la baja tan rápidamente. Esto puede conducir a menores ganancias, recortes en la producción y despidos, contribuyendo aún más a la disaster económica. Los salarios tienden a ser rígidos a la baja, lo que significa que no disminuyen fácilmente incluso cuando hay deflación. Esto puede generar costos laborales más altos en relación con los ingresos de las empresas, obligándolas a reducir su fuerza laboral o suspender la contratación. Con la caída de los precios, el rendimiento de las inversiones puede ser menor de lo esperado o incluso negativo. Esto puede conducir a una reducción de las inversiones de las empresas en áreas como investigación y desarrollo, nuevos proyectos o expansión. El aspecto más peligroso de la deflación es el riesgo de una espiral deflacionaria. Esto ocurre cuando la caída de los precios conduce a una menor producción, lo que genera un mayor desempleo, una menor demanda y, por tanto, una mayor caída de los precios. Este círculo vicioso puede ser muy difícil de romper y puede conducir a un estancamiento económico a largo plazo.