Los lavadores de dinero utilizan cada vez más criptomonedas para ocultar el origen y el movimiento de fondos obtenidos ilegalmente, según el último informe sobre lavado de dinero y criptomonedas de Chainalysis, una empresa de análisis de blockchain.
Este patrón de aumento de los casos de lavado de dinero, incluidos aquellos que son impulsados por el uso generalizado de criptomonedas, resalta el creciente desafío de encontrar un buen equilibrio entre la necesidad de garantizar un acceso justo e inclusivo a los servicios bancarios y la implementación de fuertes medidas de prevención del fraude.
La tendencia a desbancarizar a las principales instituciones financieras puede atribuirse a diversos factores, entre ellos, las presiones regulatorias para combatir los delitos financieros y la insatisfacción de los clientes con los servicios bancarios tradicionales. Por lo tanto, la intersección de la desbancarización y la prevención del fraude parece ser un tema complejo y dinámico en la industria financiera. Si nos remitimos a la interpretación más común del término, la desbancarización es una práctica en la que las instituciones financieras niegan o retiran servicios a ciertos clientes o empresas, a menudo citando el cumplimiento de las regulaciones contra el lavado de dinero (AML) y el financiamiento del terrorismo (CTF). Si bien estas acciones tienen como objetivo salvaguardar el sistema financiero, pueden afectar inadvertidamente a los clientes legítimos y provocar una falta de acceso a servicios bancarios esenciales.
Sectores de alto riesgo y desbancarización
Esta cuestión es especialmente relevante para sectores de alto riesgo como las criptomonedas, donde se percibe que el riesgo de fraude y lavado de dinero es mayor. Y como se destaca en el informe de Chainalysis, la tecnología blockchain presenta aquí tanto desafíos como oportunidades. La tecnología blockchain es la base de las aplicaciones bancarias de finanzas descentralizadas (DeFi), que brindan una variedad de servicios financieros sin la necesidad de intermediarios tradicionales como bancos, corredores, and so on. Las cadenas de bloques públicas, aunque transparentes y rastreables, también son utilizadas por actores ilícitos para blanquear fondos debido a su naturaleza transfronteriza, instantánea y económica. Las instituciones financieras utilizan sofisticadas herramientas de análisis de cadenas de bloques que pueden rastrear transacciones y detectar patrones sospechosos que sugieran lavado de dinero para gestionar estas complejidades. Estos instrumentos son cruciales para identificar actividades ilícitas, incluido el uso de los llamados puentes entre cadenas, monedas de privacidad y mezcladores por parte de los ciberdelincuentes para ocultar la fuente y el flujo de dinero (para obtener más detalles, consulte el informe mencionado).
Sin embargo, la dependencia de estas tecnologías y de las estrictas medidas de cumplimiento normativo puede dar lugar a un enfoque demasiado generalizado y generalizado de la gestión de riesgos, lo que puede llevar a la desbancarización de sectores y grupos enteros percibidos como de alto riesgo. Esto puede tener consecuencias importantes para las empresas y los individuos legítimos, empujándolos hacia alternativas financieras menos reguladas y más riesgosas, incluidas las criptomonedas.
Blockchain presenta un enorme potencial para fomentar la inclusión financiera al brindar servicios financieros a grupos de población no bancarizados o subbancarizados. Sin embargo, las preocupaciones sobre su potencial para actividades ilícitas y la necesidad de marcos de gobernanza sólidos en torno a las transacciones de criptomonedas siguen siendo temas importantes de debate.
Por lo tanto, mantener un acceso justo y equitativo a los servicios bancarios necesarios y al mismo tiempo mantener un equilibrio entre la necesidad de fuertes mecanismos de prevención del fraude presenta una salida y un verdadero desafío.
Los protocolos mejorados de Conozca a su cliente (KYC) y de monitoreo de transacciones, combinados con la colaboración transfronteriza y las asociaciones público-privadas, pueden ayudar a lograr esto hasta cierto punto. Al aprovechar los conocimientos basados en datos y mantener un enfoque basado en el riesgo, las instituciones financieras pueden distinguir mejor entre actividades legítimas e ilícitas, reduciendo así la probabilidad de desbancarización innecesaria y al mismo tiempo combatiendo eficazmente los delitos financieros.
Desbancarización: ¿Ayuda o perjudica a los estafadores?
Dada la compleja interacción entre la necesidad de contar con mecanismos sólidos de prevención del fraude y garantizar un acceso equitativo a los servicios bancarios, resulta imperativo explorar diversas perspectivas sobre esta cuestión. Recientemente, un panel de expertos titulado “Libertad y desbancarización: ¿ha ayudado o perjudicado a los defraudadores?” organizado por CFAAR (la purple de recuperación de activos y fraude criptográfico) y Pennington Manches Cooper en Londres, brindó valiosas perspectivas sobre estos desafíos.
Perspectivas de expertos
Sean Kiernan, fundador y director ejecutivo de Greengage, destacó la importancia de un enfoque matizado de la gestión de riesgos: “Es elementary que las instituciones financieras desarrollen modelos de evaluación de riesgos más sofisticados que diferencien con precisión entre clientes legítimos y de alto riesgo. La dependencia excesiva de políticas “generales” puede dar lugar a la exclusión de muchas empresas legítimas, en explicit en los sectores emergentes de las tecnologías financieras y las criptomonedas”.
Heather Buchanan, directora de Bankers for Web Zero, destacó los desafíos que enfrentan las pequeñas empresas y las empresas emergentes. “La desbancarización ha tenido un impacto desproporcionado en las empresas más pequeñas que carecen de los recursos para lidiar con entornos regulatorios complejos. Estas empresas a menudo recurren a servicios financieros menos regulados, lo que, irónicamente, aumenta su riesgo de exposición al fraude”, señaló.
Frederic Buret, subdirector de investigaciones de activos digitales en Grant Thornton UK, compartió su opinión sobre cómo se están utilizando las herramientas avanzadas de análisis de cadenas de bloques para combatir los delitos financieros. “Las criptomonedas son mucho más atractivas para los clientes, ya que siguen estando en posesión de sus fondos. Sin embargo, desde el punto de vista de la lucha contra los delitos financieros, la transparencia de la tecnología de cadenas de bloques es un arma de doble filo. Si bien permite un seguimiento eficaz de las actividades ilícitas, también requiere una adaptación constante a las nuevas técnicas empleadas por los delincuentes. Las instituciones financieras deben mantenerse a la vanguardia de estas tendencias para evitar el uso indebido y asegurarse de no sofocar la innovación”.
El debate también abordó las implicaciones más amplias de la desbancarización para la inclusión financiera. Como señaló Charlotte Hill, moderadora del panel y socia de Pennington Manches Cooper, “la inclusión financiera es un objetivo elementary que no debe sacrificarse en nombre de la prevención del fraude. La clave es lograr un equilibrio que proteja al sistema financiero sin penalizar indebidamente a los clientes legítimos. Esto requiere la colaboración entre los reguladores, las instituciones financieras y los proveedores de tecnología para desarrollar políticas más refinadas y equitativas”.
Equilibrar la seguridad y el acceso
El debate en torno a la desbancarización y la prevención del fraude es complejo. Si bien la necesidad de adoptar medidas estrictas para combatir los delitos financieros es evidente, ya que se están volviendo cada vez más sofisticados y recientemente Francesca Carlesi, directora ejecutiva de Revolut en el Reino Unido, los ha calificado como “una emergencia nacional que debe combatirse como un delito regular”.
Las instituciones financieras deben adoptar un enfoque más específico para la gestión de riesgos, aplicando tecnologías avanzadas y conocimientos basados en datos para distinguir entre actividades ilícitas sospechosas y transacciones legítimas.
En este esfuerzo, la colaboración transfronteriza y las alianzas público-privadas resultan esenciales. Como mencionaron los expertos del Panel, al compartir información y mejores prácticas, las partes interesadas pueden desarrollar estrategias más efectivas para combatir el lavado de dinero y el fraude sin comprometer el acceso a los servicios financieros. Los protocolos KYC y AML mejorados, junto con sistemas avanzados de monitoreo de transacciones, podrían ayudar a lograr este equilibrio, asegurando que el ecosistema financiero siga siendo seguro e inclusivo al mismo tiempo.
El objetivo último es, por supuesto, construir un sistema financiero que pueda resistir el fraude y el blanqueo de dinero y que al mismo tiempo ofrezca a todos un acceso justo a los servicios bancarios. Pero para lograr este preferrred, todas las partes implicadas deben mantener la comunicación, la creatividad, la cooperación y el intercambio de información de forma continua y constante.