Las finanzas descentralizadas (DeFi) causaron sensación hace un par de años con la promesa de revolucionar el mundo financiero. Mostraban una visión de un futuro en el que los bancos se volvían irrelevantes y el código manejaba mágicamente el dinero de las personas. En pocas palabras, ese futuro brillante parecía estar a la vuelta de la esquina.
El momento de gloria de DeFi
¿Recuerdas el cuarto trimestre de 2021? Las finanzas descentralizadas (DeFi) fueron lo más fashionable desde que se inventó el pan de molde. Todo el mundo hablaba de ello y las cifras eran sencillamente impresionantes. Más de 7 millones de personas Se utilizaban plataformas DeFi y algunos de los protocolos más importantes, como Uniswap y Aave, tenían un valor de más de mil millones de dólares. Esta fue una época dorada para los maximalistas de DeFi que veían las finanzas tradicionales (TradFi) como un dinosaurio a punto de extinguirse.
Dicen que todo lo bueno debe llegar a su fin. La fiesta DeFi comenzó a enfriarse en 2022 y 2023. El valor whole bloqueado (TVL) en DeFi pasó de su pico de $175 mil millones a solo $50 mil millones a fines del año pasado. ¿Qué sucedió?
Bueno, algunas cosas. En primer lugar, sufrió un golpe enorme dentro del mercado de criptomonedas. El colapso de Terra Luna y FTX sacudió la confianza de los inversores, y la ofensiva del regulador no ayudó, ya que la multa masiva que recibió Binance. En segundo lugar, las tasas de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos comenzaron a subir. Dichos bonos se consideran una apuesta segura; cuando ofrecen mayores rendimientos que DeFi, es pure que los inversores acudan en masa a ellos.
El nuevo enfoque de DeFi
A pesar de estos contratiempos, DeFi no ha muerto. Está evolucionando. En lugar de intentar ser todo para todos, se está centrando en un par de áreas clave: el staking líquido y los préstamos. El staking líquido le permite ganar recompensas en su criptomoneda en staking sin bloquearla. Los préstamos, por supuesto, son el negocio de pedir prestado y prestar criptoactivos.
Si bien DeFi puede centrarse en un nicho, TradFi está viva y bien. Estimaciones proyectadasno puede sino seguir ganando fuerza. Se espera que los ingresos netos por intereses de los bancos tradicionales alcancen unos 7 billones de dólares para el año 2024, donde la banca minorista se lleva la mayor parte de este pastel. Y esta cantidad sólo va a aumentar en el futuro.
Un cuento de dos mundos
Entonces, ¿dónde nos deja esto? ¿Es DeFi solo un fenómeno pasajero o ni siquiera ha comenzado? ¿Se comerá el almuerzo de TradFi o ambos coexistirán pacíficamente?
La verdad es que es demasiado pronto para decirlo. DeFi tiene ventajas obvias sobre TradFi: es más accesible, más transparente y, a menudo, más barata. Pero TradFi cuenta con siglos de experiencia, una enorme pink de infraestructura de dispositivos y millones de clientes que confían en ella.
Con el tiempo, DeFi y TradFi podrían incluso encontrarse en el medio. Los bancos tradicionales podrían comenzar a ofrecer servicios DeFi o las plataformas DeFi podrían asociarse con instituciones financieras establecidas. O tal vez siempre serán universos paralelos, cada uno con diferentes fortalezas y debilidades.
Más que nunca, están surgiendo nuevas oleadas de casinos en línea gracias a la creciente adopción de criptomonedas. Permiten apostar mediante el uso de criptomonedas en lugar de las monedas fiduciarias tradicionales. Si bien muchos las llaman nuevos casinos de criptomonedas Una apuesta arriesgada que, para algunos, supone un punto de inflexión en la industria del juego.
La batalla por tu dinero
Aunque DeFi y TradFi parecen dos planetas diferentes, son primos más lejanos. Ambos se ocupan del dinero, el riesgo y la recompensa. La forma en que abordan estos conceptos es donde las cosas difieren.
En el sistema tradicional, los intermediarios, bancos, corredores o cualquier otra institución financiera, se convierten en guardianes que permiten el acceso a los servicios financieros. El sistema está centralizado y se basa en la confianza que las personas depositan en estas instituciones. En cambio, en el sistema descentralizado, no hay intermediarios. Los contratos inteligentes se encargan de todo, desde los préstamos hasta las transacciones. La confianza se deposita en el código, no en una empresa o persona.
Se trata de un enfoque descentralizado que tiene ciertas ventajas y desventajas. En el lado positivo, DeFi representa una mayor transparencia, accesibilidad e inclusión financiera. Cualquier persona en cualquier parte del mundo que tenga una conexión a Web puede participar, independientemente de su ubicación o situación financiera. Además, muy a menudo DeFi ofrece mayores rendimientos en las inversiones en comparación con las cuentas de ahorro tradicionales.
Por otro lado, las DeFi son más riesgosas. Si se trata de un espacio sin management, es evidente que hay mayores posibilidades de estafas, ataques y pérdidas. El otro punto es que los protocolos DeFi son bastante difíciles de entender para los recién llegados.
El camino por delante
¿Hacia dónde se dirige todo esto? Lo más possible es que las DeFi y las TradFi sigan mejorando y se beneficien mutuamente. Uno de los modelos híbridos es aquel en el que las instituciones financieras tradicionales pueden aprender de las tecnologías DeFi para mejorar sus servicios a los clientes haciéndolos más eficientes y orientados al cliente.
Otra forma en que esto podría suceder es que las DeFi encuentren su nicho, tal vez como la plataforma de referencia para servicios financieros específicos, como préstamos y comercio de criptomonedas. Esto podría suceder si la tecnología madura más y las regulaciones se vuelven más claras.
En última instancia, serán las DeFi y las TradFi las que crearán el futuro de las finanzas. Es un ámbito dinámico en el que actúan las fuerzas de la innovación y la competencia. Como inversor o consumidor, es necesario conocer los entresijos de su funcionamiento y ser consciente de ambos mundos: los riesgos y las recompensas.
El elemento humano
Incluso en el ámbito financiero, con el avance de la tecnología, es imposible evitar el toque humano. La confianza, la tolerancia al riesgo y los objetivos son cuestiones muy subjetivas en el ámbito financiero que influyen en las decisiones de inversión. Si bien las DeFi y las TradFi siguen profundizándose, no olvidemos que el bienestar financiero no es solo una cuestión de números o algoritmos, sino también de comprender sus necesidades y aspiraciones.
Si bien el mundo financiero puede haberse vuelto, o estar en camino de volverse, más complejo y orientado a la tecnología, la verdad es que está orientado a los humanos. Desde comprender un poco sobre los conceptos básicos de DeFi y TradFi hasta tomar decisiones informadas, uno puede navegar a través de estos territorios cambiantes hacia sus metas financieras esperadas.