El cambio climático es sin duda el mayor desafío de nuestra period, y las decisiones que tomemos ahora afectarán las vidas de las generaciones venideras.
En noviembre, los líderes mundiales se reunirán en la COP 29 para promover la cooperación international para reducir el aumento de las temperaturas. Si bien las iniciativas entre gobiernos e industrias serán fundamentales, es comprensible que personas de todo el mundo se sientan obligadas a aportar su granito de area para reducir su impacto en el planeta.
Además de cambiar sus hábitos, las personas buscan cada vez más utilizar productos y servicios que se alineen con sus valores y ayuden a proteger el medio ambiente, y para la banca esto no es una excepción.
Sólo en el Reino Unido, se estima que las inversiones de los mayores bancos e inversores emiten 805 millones de toneladas de carbono al año.
Por eso, al elegir un banco o una aseguradora, más que nunca los consumidores tienen en cuenta los valores y las credenciales ecológicas de los proveedores financieros. Las actitudes están cambiando claramente y la importancia otorgada a las cuestiones medioambientales, sociales y gubernamentales (ESG) seguirá creciendo.
Falta de financiación sostenible
Personas de todo el mundo están tomando decisiones más conscientes y sostenibles. Nuestra última investigación sobre consumidores estadounidenses y europeos muestra que los más populares incluyen mejores esfuerzos de reciclaje, tomar duchas más cortas y cambiar a formas de energía más limpias en sus hogares.
Sin embargo, en la actualidad, estas acciones parecen quedarse cortas en relación con la forma en que los consumidores abordan sus finanzas.
Por ejemplo, menos de uno de cada diez consumidores en todo el mundo invierte actualmente su dinero en inversiones ambientalmente responsables y aún menos dijeron que habían utilizado una calculadora de carbono para evaluar el impacto ambiental de sus gastos.
La creciente demanda de productos más ecológicos
La buena noticia es que los consumidores quieren que esto cambie. Este es particularmente el caso de las generaciones más jóvenes que están liderando el camino hacia un futuro más sostenible, con investigaciones que muestran que la Generación Z y los millennials tienen algunos de los niveles más altos de miedo, culpa e indignación por los efectos del cambio climático en comparación con la Generación X y child boomers.
Este sentimiento se está trasladando claramente a sus finanzas: mientras que más de la mitad de los consumidores ahora quieren que su banco les ayude a vivir de forma más sostenible ofreciéndoles servicios más ecológicos, esta demanda es particularmente alta entre las generaciones más jóvenes, llegando a dos tercios.
El riesgo de no actuar
Dado que la demanda de los consumidores por productos financieros más respetuosos con el medio ambiente está claramente en aumento, ¿por qué entonces son tan pocos los que adoptan medidas más sostenibles en sus finanzas?
Una razón podría ser la conciencia y la comunicación. Sólo el 12% de los consumidores ha notado que su proveedor de servicios financieros habla más sobre sus esfuerzos ambientales, y los bancos, aseguradoras y proveedores financieros necesitan potencialmente articular mejor sus ofertas sostenibles con mayor claridad.
Alternativamente, también puede significar que los proveedores deben intensificar sus iniciativas sostenibles y simplemente ofrecer a los clientes productos y servicios más ecológicos y éticos.
No actuar no sólo tiene un impacto negativo en el medio ambiente, sino que no responder a la demanda de productos financieros más ecológicos también puede disuadir a los clientes actuales y potenciales de utilizar los productos y servicios de determinadas empresas.
Más de uno de cada diez jóvenes entre 18 y 34 años cube que ya ha cambiado de proveedor financiero debido a sus prácticas medioambientales o a que no se ajusta a sus valores, y es possible que esta tendencia generacional continúe.
Las instituciones financieras deben adaptar mejor su oferta para satisfacer la mayor demanda de productos éticos y respetuosos con el medio ambiente o corren el riesgo de perder la confianza y la lealtad no sólo de sus clientes actuales, sino también de los futuros.
Aprovechando el cambio
El interés por productos financieros más ecológicos y éticos está claramente creciendo, particularmente entre las generaciones más jóvenes que encabezan un impulso más amplio hacia una sociedad más sostenible.
Sin embargo, los bancos, aseguradoras y otros proveedores no están a la altura de la demanda de estos productos y servicios. Y cuando los ofrecen, no logran comunicar adecuadamente su oferta a los clientes.
Si bien satisfacer estas demandas puede ser un desafío, existe una clara oportunidad para que los proveedores financieros aprovechen este cambio; ya sea ofreciendo productos financieros más ecológicos, como seguros y opciones de inversión respetuosas con el clima, proporcionando herramientas y orientación para ayudar a los consumidores a comprender su huella de carbono o aumentando la transparencia sobre sus operaciones.
Las buenas prácticas ESG no sólo son vitales para crear un planeta más limpio y sostenible: también son un componente essential para atraer y retener a la próxima generación de consumidores cada vez más conscientes del medio ambiente.