Por Leika Kihara
TOKIO (Reuters) – Las autoridades japonesas enfrentan una renovada presión para combatir una depreciación sostenida del yen, mientras los operadores hacen bajar la moneda ante las expectativas de que cualquier aumento adicional de las tasas de interés por parte del banco central será lento en el futuro.
El yen se recuperó después de que Tokio emitiera el miércoles su advertencia más fuerte hasta la fecha sobre la posibilidad de una intervención inminente, tras alcanzar un mínimo de 34 años de 151,97 por dólar alcanzado más temprano en el día.
A continuación se detallan cómo funciona la intervención de compra de yenes:
¿ÚLTIMA INTERVENCIÓN DE COMPRA DE YENES CONFIRMADA?
Japón compró yenes en septiembre de 2022, su primera incursión en el mercado para impulsar su moneda desde 1998, después de que una decisión del Banco de Japón (BOJ) de mantener su política monetaria ultralaxa llevó el yen a 145 por dólar. Intervino nuevamente en octubre después de que el yen cayera a un mínimo de 32 años de 151,94.
¿POR QUÉ INTERVENIR?
La intervención de compra de yenes es rara. Con mucha más frecuencia, el Ministerio de Finanzas ha vendido yenes para evitar que su ascenso perjudique a la economía dependiente de las exportaciones al hacer que los productos japoneses sean menos competitivos en el extranjero.
Pero la debilidad del yen ahora se considera problemática, ya que las empresas japonesas han trasladado su producción al extranjero y la economía depende en gran medida de las importaciones de bienes que van desde flamable y materias primas hasta piezas de maquinaria.
¿QUÉ PASA PRIMERO?
Cuando las autoridades japonesas intensifican sus advertencias verbales para decir que “están listas para actuar con decisión” contra movimientos especulativos, es una señal de que la intervención puede ser inminente.
Los operadores consideran que la verificación de las tasas por parte del BOJ -cuando los funcionarios del banco central llaman a los operadores y preguntan por las tasas de compra o venta del yen- es un posible precursor de la intervención.
¿QUÉ PASÓ HASTA AHORA?
El ministro de Finanzas, Shunichi Suzuki, dijo a los periodistas el miércoles que las autoridades podrían tomar “medidas decisivas” contra la debilidad del yen, un lenguaje que no ha utilizado desde la intervención de 2022.
Horas más tarde, las autoridades japonesas celebraron una reunión de emergencia para discutir la debilidad del yen. La reunión suele celebrarse como un gesto simbólico hacia los mercados de que las autoridades están preocupadas por los rápidos movimientos cambiarios.
Después de la reunión, el principal diplomático monetario de Japón, Masato Kanda, dijo que los recientes movimientos del yen fueron demasiado rápidos y fuera de línea con los fundamentos, sugiriendo que Tokio veía suficientes razones para intervenir para detener nuevas caídas de la moneda.
¿LINEA EN LA ARENA?
Las autoridades dicen que analizan la velocidad de las caídas del yen, más que los niveles, y si los movimientos son impulsados por especuladores, para determinar si deben ingresar al mercado de divisas.
Dado que el dólar superó los niveles que desencadenaron la intervención en 2022, los actores del mercado ven un movimiento brusco por encima de los 152 yenes como siguiente umbral, y luego los 155 yenes.
¿CUÁL ES EL DESENCADENANTE?
La decisión es altamente política. Cuando la ira pública por la debilidad del yen y el posterior aumento en el costo de la vida es alta, eso presiona a la administración para que responda. Este fue el caso cuando Tokio intervino en 2022.
Si la caída del yen se acelera y provoca la ira de los medios y del público, las posibilidades de intervención volverían a aumentar.
La decisión no sería fácil. La intervención es costosa y fácilmente podría fracasar, dado que incluso una gran ráfaga de compras de yenes palidecería frente a los 7,5 billones de dólares que cambian de manos diariamente en el mercado de divisas.
¿CÓMO FUNCIONARÍA?
Cuando Japón interviene para frenar las subidas del yen, el Ministerio de Finanzas emite letras a corto plazo, elevando el yen que luego vende para debilitar la moneda japonesa.
Sin embargo, para respaldar el yen, las autoridades deben aprovechar las reservas extranjeras de Japón en dólares para venderlos por yenes.
En cualquier caso, el ministro de Finanzas emite la orden de intervenir y el BOJ ejecuta la orden como agente del ministerio.
¿DESAFÍOS?
La intervención comprando yenes es más difícil que vendiendo yenes.
Si bien Japón tiene casi 1,3 billones de dólares en reservas extranjeras, éstas podrían verse sustancialmente erosionadas si Tokio interviniera fuertemente y repetidamente, dejando a las autoridades limitadas sobre cuánto tiempo pueden defender el yen.
Las autoridades japonesas también consideran importante buscar el apoyo de los socios del Grupo de los Siete, en specific de Estados Unidos, si la intervención implica el dólar.
Washington dio su aprobación tácita cuando Japón intervino en 2022, lo que refleja las estrechas relaciones bilaterales recientes. Existe incertidumbre sobre si sucederá lo mismo la próxima vez que Japón considere intervenir.
Una inminente elección presidencial en Estados Unidos puede disuadir a las autoridades japonesas de intervenir, dado el riesgo de atraer atención y críticas no deseadas de Washington como una intromisión en el mercado.