El director ejecutivo del Financial institution of America, Brian Moynihan, reveló una perspectiva de gasto cautelosa entre los individuos y las empresas estadounidenses debido a la ansiedad por el aumento de la inflación y las tasas de interés. Esta actitud podría potencialmente frenar el crecimiento económico del país.
Otros factores que alimentan esta vacilación incluyen las incertidumbres en torno a la situación mundial de la COVID-19 y su impacto económico más amplio, y preocupaciones particulares en torno a la cadena de suministro. Las encuestas indican un malestar prevalente entre los estadounidenses sobre el futuro económico.
El gasto de los consumidores experimentó este año un crecimiento moderado del 3,5%, totalizando aproximadamente 4 billones de dólares; una desaceleración significativa respecto de la tasa de crecimiento cercana al 10% del año pasado. A pesar de esta desaceleración, sectores como el comercio minorista en línea y las mejoras en el hogar siguen resistiendo.
Sin embargo, los sectores que dependen de las interacciones persona a persona, como las industrias de viajes y entretenimiento, han experimentado fuertes caídas. Esto demuestra la influencia constante de la pandemia en el comportamiento de los consumidores, ya que las personas priorizan bienes y servicios esenciales.
Una mayor prudencia financiera ante las incertidumbres económicas también podría explicar este gasto conservador. Muchos optan por ahorrar en lugar de derrochar en gastos no esenciales.
En el futuro, se prevé que el gasto de los consumidores aumentará marginalmente, principalmente debido a la reapertura gradual de la economía y la implementación de programas de vacunas. Sin embargo, se espera que esta recuperación sea cautelosa y dependa en gran medida del curso de la pandemia.
Una disminución en los pagos con tarjeta de los consumidores, las transacciones con cheques y los retiros de efectivo en cajeros automáticos subraya esta desaceleración del gasto.
El impacto de la inflación en la desaceleración del gasto de los consumidores
Esto podría afectar negativamente a sectores críticos como el comercio minorista y los servicios, inhibiendo el flujo comercial. La tendencia a la baja en los retiros de efectivo podría significar un cambio hacia transacciones digitales o un menor uso de efectivo debido a las incertidumbres económicas.
Moynihan, que anteriormente experimentó un período de “crecimiento excepcionalmente bajo” entre 2016 y 2018, sugiere que esta contracción del gasto comenzó el verano pasado. Esta navegación a través de los cambios económicos ha sido estresante tanto para los consumidores como para las empresas, ya que el poder adquisitivo se ha debilitado debido al aumento de los precios y las empresas han reevaluado sus estrategias financieras a la luz de las mayores tasas de interés de los préstamos.
El aumento de los costos crediticios ejerce una presión significativa sobre las pequeñas empresas que luchan por encontrar oportunidades de crédito asequibles. Este aumento de costos también impacta el mercado inmobiliario al encarecer las hipotecas o la refinanciación de viviendas.
Las presiones inflacionarias y el aumento de los costos de endeudamiento están impactando a la economía en normal, no sólo a sectores aislados. La Reserva Federal busca equilibrar la desaceleración de la inflación y la promoción del crecimiento económico con su decisión de aumentar las tasas. Aunque esto puede afectar inmediatamente a las empresas y a los consumidores, es una técnica para mantener la estabilidad económica a largo plazo mediante el management de la inflación. Por lo tanto, se alienta tanto a los consumidores como a las empresas a monitorear los cambios del mercado y planificar las finanzas con diligencia.
La mayoría de los profesionales de las finanzas y los economistas creen que el enfoque de la Reserva Federal es equilibrado y promueve el management de la inflación sin obstaculizar el crecimiento económico. Esta estrategia ha contribuido a un éxito bursátil sin precedentes este año.