La pandemia de COVID-19 ha afectado significativamente la dinámica de la oferta y la demanda, provocando precios inestables de la madera. Las restricciones e interrupciones en las cadenas de producción han contribuido a un fuerte aumento de los precios de la madera. A pesar de la reapertura de los aserraderos, la gravedad de la situación persiste. Además, los incendios forestales en la costa oeste de Estados Unidos han inflado aún más los precios, afectando a los consumidores, constructores y carpinteros.
Los confinamientos relacionados con el COVID dieron lugar a una demanda inesperadamente alta de madera debido al aumento de los proyectos de renovación de viviendas. Al mismo tiempo, los aserraderos no estaban preparados para hacer frente a este aumento, ya que habían reducido su tamaño en previsión de una recesión del sector. El resultado fue una escasez de madera y un aumento vertiginoso de los precios, lo que afectó a las industrias de la construcción y las mejoras del hogar en todo el mundo.
Los datos de la industria de la madera muestran cambios extremos en los precios, desde 400 dólares por mil pies tablares en enero de 2020 hasta más de 1.600 dólares en mayo de 2021, antes de bajar a 300-400 dólares a fines de 2022. Estas fluctuaciones han afectado el costo de la construcción y las industrias relacionadas.
Efectos de la pandemia en la dinámica del mercado de la madera
La industria ha enfrentado desafíos relacionados con interrupciones en la cadena de suministro, escasez de mano de obra y fuerzas volátiles del mercado.
Según Dustin Jalbert, un destacado economista, el aumento de los costos de producción y los cambios internos en la industria plantean problemas a los proveedores de madera que operan con pérdidas. Estos desafíos desencadenan un efecto dominó en la cadena de suministro y afectan directamente a los constructores y a los consumidores. El aumento de los costos de construcción de viviendas y de los precios de los muebles puede hacer que la vivienda sea menos asequible.
El aumento de la tasa de interés primaria por parte de la Reserva Federal ha influido significativamente en la industria maderera, haciendo subir las tasas hipotecarias, frenando la construcción de nuevas viviendas y las ventas de viviendas existentes. Las tasas hipotecarias más altas han dado lugar a una disminución de la demanda de madera, lo que ha afectado a los ingresos y la rentabilidad de la industria.
Muchas de las reformas de viviendas provocadas por la pandemia se terminaron en 2020 y 2021. Las altas tasas de interés actuales desalientan a los propietarios de viviendas a financiar nuevos proyectos con su capital, lo que scale back aún más la demanda de madera. La caída de las reformas de viviendas podría provocar un exceso de oferta de madera. Sin embargo, esto depende de la fluctuación de las tasas de interés y del clima económico. Con el aumento de las tasas de vacunación, la gente podría volver a los patrones previos a la pandemia, pero el tiempo revelará si la desaceleración precise continuará o repuntará.
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