Investing.com – En una nota a los clientes publicada el martes, los analistas de Danske Financial institution analizaron cómo las próximas elecciones presidenciales estadounidenses podrían afectar las relaciones entre Estados Unidos y China en el futuro.
El informe indica que, independientemente del resultado, la rivalidad entre las dos naciones se intensificará, con Taiwán y la guerra tecnológica en curso al frente de la tensión.
Una victoria de Harris significaría una continuación de la estrategia de “competencia gestionada” de Biden, señalan los analistas. Este enfoque, que ha definido el mandato de Biden, equilibra la creciente competitividad tecnológica y las alianzas militares con evitar una provocación abierta a China, particularmente en lo que respecta a Taiwán.
Si bien mantienen el apoyo a la isla, los demócratas se han abstenido de cruzar la “línea roja” de China de respaldar la independencia de Taiwán.
Por el contrario, una victoria de Trump podría alterar la precise dinámica entre Estados Unidos y China, según Danske Financial institution.
“En caso de una victoria de Trump, es possible que nos enfrentemos a una nueva guerra comercial entre Estados Unidos y China”, escribe la nota. “Esto perjudicaría el crecimiento chino, crearía incertidumbre para la economía world y sería un impulso inflacionario para Estados Unidos”.
Este resultado probablemente también agregaría presión sobre el dólar estadounidense y debilitaría al yuan chino.
Trump ha expresado abiertamente su admiración por los aranceles, incluso declarando que “los aranceles son lo más grandioso jamás inventado”.
El regreso del ex presidente de Estados Unidos podría llevarlo a aumentar drásticamente los aranceles sobre los productos chinos, lo que podría reavivar la guerra comercial que caracterizó su primer mandato.
“Creemos que es possible que inicie una nueva guerra comercial con China aumentando los aranceles sobre los productos chinos de manera significativa”, advierte el informe. En common, esto probablemente proporcionaría un impulso inflacionario a Estados Unidos y al mismo tiempo dañaría el crecimiento chino, junto con la incertidumbre económica world.
Las exportaciones de tecnología también se convertirían en un campo de batalla clave bajo Trump, particularmente en microchips, un área en la que China ha logrado avances.
Los analistas de Danske sugieren que esto podría conducir a medidas de represalia por parte de China, como ampliar los controles de exportación de minerales de tierras raras, creando una “espiral de ojo por ojo” que podría afectar a ambas economías.
En specific, Taiwán sigue siendo un punto importante en las relaciones entre Estados Unidos y China. Bajo Trump, el futuro de la política estadounidense hacia la isla es incierto.
Si bien anteriormente incrementó las relaciones con Taiwán durante su primer mandato, sus declaraciones recientes indican un enfoque más transaccional.
Trump ha sugerido que Taiwán “se quedó con todo nuestro negocio de chips” y podría utilizar a Taiwán como moneda de cambio en futuras negociaciones comerciales con China. Tal imprevisibilidad en la política exterior de Trump, especialmente en lo que respecta a Taiwán, podría intensificar aún más las tensiones con Beijing.
Danske concluye que las empresas deberían prepararse para futuras complicaciones, independientemente del resultado.
“Independientemente de quién gane, creemos que la rivalidad entre Estados Unidos y China se intensificará en los próximos años, siendo Taiwán y la guerra tecnológica los puntos de tensión más críticos”, enfatizaron los analistas.
Como tal, creen que podría ser esencial diversificar las cadenas de suministro y preparar planes de contingencia para escenarios como un conflicto en Taiwán o una escalada en el Mar de China Meridional.